domingo, 4 de diciembre de 2011

3,4,5

La intimidad es una ficción mal lograda que se delata por la urgencia de su expresión obtusa, por la solemnidad que quiere preservar a costa de perderse a sí misma (hay que extraviar el soporte de su mentira). ¿Vicios de la abstracción? Es más bien la inquietud postergada de una evidencia: la decepción. Esto se inicia - "el principio es la negación de lo que comienza con él"- como una interrupción voluntaria de la suma prosaica de perspectivas cómodas, como un registro inconstante y probablemente inocuo que no promete nada, como un homenaje impúdico al exponente del intervalo (Libertella: Al final se llega cuando ya no queda nada por contar) y como, para emplear una analogía final igual de indiferente, un libelo que solo busca la complicidad de quienes también se hayan hastiado de los imperativos de la narración ociosa y de la sucesión infalible y calculada de afecciones familiares.

2 comentarios:

  1. Siempre rebuscado, usté. Por fin tenés tu blog y eso que pasó tanto tiempo. Espero leer mucho por acá. Saludos

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  2. Zarpado. Creo que por rebuscado es que quiero seguir leyendo este blog. Un abrazo!

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